Cualquier organización, sin importar su tamaño, tipología o actividad, utiliza en su día a día, diferentes aplicaciones informáticas. Dentro de estas aplicaciones, podemos englobar desde suites ofimáticas de carácter general, hasta software más específico, como pueden ser los llamados ERP (Sistema de planificación de recursos empresariales), BPM (Gestión de Procesos de Negocio), CRM (Gestión de las Relaciones con Clientes), SCM, SGA, etc. pasando por otras de más reciente incorporación como son herramientas enfocadas al BI (Sistemas de Inteligencia de Negocios) o explotación del Big Data. En muchas ocasiones, se pierde de vista el verdadero propósito de dichas aplicaciones: ayudar a optimizar los recursos, mejorar la productividad y ser herramientas realmente útiles en la toma de decisiones adecuadas para la empresa.
A lo largo de su existencia cualquier compañía se enfrentará con toda probabilidad, y en más de una ocasión, a la evaluación de diferentes soluciones de software, a afrontar el riesgo de elegir correctamente, y a pasar por costosas implantaciones. Muchas de estas implantaciones o cambios en el software, implicarán la migración de datos entre soluciones, la reeducación del personal y a la reevaluación de los procesos de negocio de la organización. Reflexionaremos a continuación sobre algunos aspectos importantes a tener en cuenta para lograr el mayor éxito en la elección e implementación de una solución de software empresarial (si bien, no son los únicos).
Requisitos
La definición de requisitos suele ser el punto de partida para el desarrollo de cualquier proyecto de software. La implantación de una solución ERP o de otro tipo de software de gestión empresarial no iba a ser una excepción. Es importante tener claro, al menos, el conjunto de los requisitos necesarios de partida para una correcta elección de la solución. Es importante ser capaz de categorizar dichos requisitos: seguramente podamos definir unos requisitos imprescindibles, otros deseables y otros a futuros.
Completitud
En los tiempos actuales, la variedad de soluciones de propósito general, así como la de soluciones verticales (sectoriales) es inacabable. Puede resultar más adecuado combinar diferentes soluciones que se complementen entre sí, que intentar que una única solución abarque todos los problemas a solucionar. Aquí es aplicable aquello de zapatero a tus zapatos. Por ejemplo, a buen seguro que una solución específica de BI consiga unos cuadros de mando que un ERP nunca va a ser capaz de alcanzar.
Factores externos
En muchas ocasiones, por imperativos legales o de cualquier otra índole, nuestra solución tendrá que proveer canales de comunicaciones con otras soluciones externas de nuestros clientes, proveedores, administraciones públicas y otros. Sirva como ejemplo el EDI (Intercambio Electrónico de Documentos), la eFactura (Factura Electrónica) o el SII (Suministro Inmediato de Información).
La calidad de los datos
Es frecuente que los datos hayan sufrido múltiples manipulaciones, modificaciones y alteraciones a lo largo del tiempo, especialmente si la empresa ha realizado sucesivas migraciones o si su existencia se ha prolongado en el tiempo. Cabe preguntarse en este punto si merece realmente la pena arrastrar datos de mala calidad, poco normalizados o incompletos. Quizás sea preferible una depuración manual y partir de un conjunto de información fiable, que permita una mejor explotación futura.
Procesos de negocio
El cambio o la implantación de un nuevo software suele ser un buen momento para repensar acerca del flujo de procesos implantado en nuestra organización. En muchas ocasiones, los procesos se siguen realizando de una determinada manera como fruto de un crecimiento vegetativo. Quizás, para el momento actual de la organización, no sean adecuados los mismos procesos y la misma forma de funcionamiento que sí lo fue en otro momento del ciclo de vida de la empresa. Normalmente el tiempo invertido en este punto revertirá en una mejora en el devenir futuro a corto plazo.
Presupuesto
Este es un aspecto, que a priori, cualquier gerente valorará por encima de otros. Valga una reflexión: caro no es sinónimo de adecuado. El fórmula 1 de Fernando Alonso no me servirá para llevar a los niños al colegio. Tendremos que llegar a un compromiso de funcionalidad, y elegir aquella solución que sirva para solucionar mis necesidades.
Aspectos legales
Nuestra solución deberá respetar la legislación vigente, tanto de carácter general, como sectorial. Sirva como ejemplo el nuevo RGPD (Reglamento General de Protección de Datos), la trazabilidad alimentaria, o las directivas aplicables al sector farmacéutico o sanitario. No hay que olvidar en este sentido requerimientos específicos de clientes potenciales o proveedores internacionales.
Resistencia al cambio
Sí. No podía faltar la tan manida resistencia al cambio. Como bien es sabido, los usuarios se resisten al cambio. Somos cómodos por naturaleza. Y también es sabido que no es lo mismo que dicha resistencia provenga de la dirección de la empresa, que de los mandos intermedios o de los usuarios de “a pie”. El único secreto para vencer esta resistencia suele estar en hacer partícipes a todos los implicados en el proceso de cambio y en el convencimiento propio de la mejora que ello conlleva. Profesionales expertos en software empresarial sabrán cómo gestionar dicho cambio.
Futuro
Una empresa cambiará de solución de software una vez cada 10 años de media. Hay que prepararse para este futuro. ¿Necesitaré movilidad? ¿Migraremos hacia la nube? ¿Hacia dónde quiero ir? ¿Hasta dónde crecerá mi organización? Evidentemente no es fácil responder a estas y otras preguntas, pero sí que hay que intentar adelantarse a necesidades futuras.
Servicios profesionales
Un buen asesoramiento por parte de profesionales y empresas expertas en el sector de la informática ayudará a alcanzar el éxito. En los tiempos en los que abunda el software “gratis”, carente de garantías del fabricante, soporte y/o mantenimiento posterior, es vital considerar este aspecto. Al fin y al cabo, el desarrollo diario de nuestra actividad empresarial dependerá en gran medida de nuestro software. Es importante saber quién estará detrás de nuestra solución, tanto en la larga como en la corta distancia.
En definitiva, el mundo del software empresarial es un mundo complejo en el que intervienen múltiples factores y actores. El software convivirá, evolucionará y crecerá con nosotros durante los próximos años. Y nos hará más cómodo (o incómodo) el desarrollo de la actividad diaria en nuestra organización. Así que merece la pena esmerarse un poco en elegir adecuadamente. ¿No crees?