Son muchas las ocasiones a lo largo de tu vida en las que te interrogarán acerca de tu ocupación. Muchas personas, y en diferentes situaciones sentirán la necesidad o la curiosidad de saber a qué dedicas tu tiempo. Quizás es algo inherente a nosotros mismos. Unas veces serán tus hijos; otras futuros coéquipiers; o simplemente alguien con quien te cruzarás en algún evento social.
He de reconocer que, en mi caso, muchas dudas sobrevuelan mi mente en el momento de contestar. “Soy informático”. Pero este término, quizás por tradición, quizás por la imagen que de nosotros se proyecta, o porque quizás ni nosotros mismos lo hemos defendido convenientemente a lo largo de los años, parece algo denostado. Permítame que me explique. Según la RAE un informático es alguien que trabaja o investiga en informática. “Pues no tienes pinta” he escuchado alguna que otra vez. Claro, a lo mejor no llevo camiseta negra, ni tengo pinta de nerd, ni vivo en un sótano, ni me alimento de pizza y soy un animal social. Hasta a veces hago deporte. De hecho suelo reunirme con muchos informáticos y casi ninguno tiene este aspecto. Así que la reflexión es evidente ¿por qué te imaginas que somos así? “… pues ya te imagino rodeado de cables y cachivaches”. Pues no; no señor. Normalmente muchos de nosotros pasamos muchas horas delante de un ordenador (¿quién no lo hace hoy en día?). Pero otros, habitualmente visitamos clientes, interactuamos con personas y escuchamos. Escuchamos para ser capaces de comprender los problemas y poder llegar a aportar una solución. Algunos, dimensionarán y administrarán sistemas, y de éstos quizás alguno, efectivamente se verá envuelto algún día en una maraña de cables. “Oye, tú que sabes de esto, ¿cómo puedo ver la Champions en mi ordenador? ¿Cómo puedo descargarme los últimos estrenos? ¿Por qué mi móvil va tan lento? ¿Existe Dios?” Esta ristra de preguntas es la que más temo. (Yo sólo venía a tomar un café). No. No sabemos de todo. Esa es una de las maravillas de nuestra profesión. Ha crecido tanto que en los últimos años tenemos un extensísimo abanico de posibilidades para ejercerla: videojuegos, análisis de datos, realidad aumentada, machine learning, IoT, eSalud, sólo por nombrar algunas de las más novedosas. Y tienes la oportunidad de trabajar en gran variedad de sectores. Para responder a esas otras preguntas, seguro que ya tienes al amigo informático. Ese que todo el mundo tiene.
Por eso muchas veces lo pienso dos veces antes de contestar. “Soy consultor informático” Esta expresión quizás se ajuste más a la realidad para designar lo que hacemos muchos de nosotros. Aunque muchos quedarán un tanto descolocados al oírlo. Y también tiene un aire esnob. Y por eso hay quien interpretará intención de darte importancia, porque “¿sabes?, tampoco tienes pinta de ello”.
Así que quizás lo más lógico es decir lo que realmente somos. Ingenieros técnicos o ingenieros informáticos. Nunca he oído a nadie contestarme “soy minas, soy industrial o soy naval”. No veo por qué nosotros hemos perdido el apellido. La ingeniería es el conjunto de conocimientos científicos y tecnológicos para la innovación, invención, desarrollo y mejora de técnicas y herramientas para satisfacer las necesidades y resolver los problemas de las empresas y la sociedad. Y eso es lo que hacemos a diario. Resolver problemas a través de la informática. Por eso, la próxima vez lo tengo claro. Soy ingeniero informático. Construyo software que funciona. Y además, disfruto con ello.